

Otra razón puede ser el desgaste de los cables del freno de mano. Si los cables están fraccionados o desgastados, no podrán transmitir la fuerza necesaria para accionar las zapatas de freno efectivamente. Es recomendable revisar estos cables durante el proceso de mantenimiento para asegurarse de que estén en buen estado. Los cables deberían estar ajustados correctamente, ni demasiado tensos ni demasiado flojos.